viernes, 16 de abril de 2010

Editorial Santiago Pando


Nacemos Libres
Santiago Pando

Todos nacemos libres. Libres de razón.

Es importante entender esto: perdemos la libertad cuando nos enseñan o imponen, el uso de la razón. Olvidamos la misión.

La razón es la víbora sagrada, el juicio que interfiere en el aquí y ahora. Es la evasión del presente.

Es un impuesto que había que pagar por vivir en la tierra. ¿A quién se lo pagabas? Al mismísimo dueño del juicio, la bestia de mil cabezas de serpiente, a través de tu miedo que es su fuente de supervivencia y poder.

Por eso los niños son más libres que nosotros, viven más ligeros y temen menos.

La razón, juicio del ego, es una manera de debilitarte a través de estímulos bajos para que no cumplas tus sueños. Te chupa la energía creadora. Te hace obediente y miedoso.

El miedo de la razón se basa en el no. No hagas, no digas, no pienses, no actúes, ni se te ocurra, no hagas nada de lo que te puedas arrepentir. No sabes con quién te estás metiendo. El no es una amenaza.

Y el Universo desconoce el no. Es un sí constante.

Te responde sí antes de saber siquiera cuál es la petición o pregunta.

De ahí viene la frase: en el pedir está el dar. Si le preguntamos cosas como: ¿verdad que no puedo hacer esto? ¿verdad que nunca vamos a salir de pobres? ¿verdad que es la cruz que me tocó? la respuesta siempre es sí, pero porque la pregunta parte del no.

Nos educaron a pensar mal. Piensa mal y acertarás. El libre albedrío usado en nuestra contra por inocencia e ignorancia.

Perder la razón es ganar la verdad dentro de uno.

Es encontrar el camino de regreso a casa que está tatuado en tu corazón.

El corazón es el aquí y el ahora, la razón es ayer o mañana.

Al perder la razón volvemos al niño interior que vive en el corazón.

Nacimos libres: somos niños de todas las edades.

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